lunes, 11 de abril de 2016

Lectura de Paseantes hoy en Barcelona

Pepe Jesús Sánchez en el Cercle Artistic San Lluc

El poeta inglés Samuel Taylor Coleridge escribió:”Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano…¿entonces qué?”  dando origen así a  la idea de que una gran parte  de la creación literaria es obra no de lo que llamamos autor (el autor Tal en minúscula) sino del Espíritu Dios, la Computadora Universal o como quieran Uds. llamarle. Posteriormente, muchos grandes poetas, han sostenido también   la idea del único Autor (con mayúscula). Si bien no es  un hecho que se produzca con asiduidad en la práctica, ese sentimiento  de que alguien nos dicta, como en trance, un  texto, no es extraño a quien  frecuenta o haya frecuentado la escritura.  
Pepe Jesús Sánchez Marín en Paseantes hoy pareciera haber atravesado la floresta del sueño trayendo como prueba este poemario en el que la extrañeza de la poesía se ha consumado en la plenitud  de la parca a la vez que elocuente sencillez de la naturaleza. Él no pertenece a ninguna  generación, ni tampoco  a una  determinada escuela ni a tradición alguna. Es, como la gran mayoría de los escritores  de verdad, de sí mismo.
Que luego de haber visitado de la mano del poeta estos paisajes, estas  atmósferas diáfanas o sombrías, estos inventarios arrobados, algún lector especializado haya  querido entrever supuesta relación con las Baladas Líricas de Worsdworth podría  tal vez calificarse como acertado como podría serlo, también, el evocar a  Francis Ponge  en su  toma de partido por los objetos cotidianos, por las cosas en su rara exactitud de cosas o por los simplísimos componentes del paisaje de su singular itinerario poético. Pero tales alusiones y evocaciones supuestas tan son tan sólo palabras.
Creo, con Borges, que la materia con que se hace la poesía,  el lenguaje mismo,  es una creación estética. Creo también, con este nuevo  poeta, en que la belleza está acechándonos por todas partes, tanto en lo creado como naturaleza como en las efusiones del espíritu que las contempla.
Pero tal vez,  las distintas interpretaciones que ha suscitado la lectura de Paseantes hoy no sean más que palabras sobre palabras, creaciones sobre una creación. Una incitación, en fin, a la lectura de primera mano. Puesto que, como dijera el poeta Angelus Silesius allá por el siglo XVII:”La rosa sin porqué, florece porque florece”.
                     
Edgardo Oviedo Licardi