Autores/Obras



 
Rafael González Serrano - Mapa del laberinto

Los otros, sus voces, sus huellas, transitan nuestro territorio interior configurando un laberinto en el que dejamos hacer de guía a la memoria. Sus resonancias nos sirven para dibujar un mapa con los trazos de los reencuentros invocados o los azares imprevistos. Ahí aparecerá el cruce ineludible de los deseos y las esperanzas con los fracasos y las pérdidas, del instante con el tiempo, de la vida con el vacío. Es en ese mapa donde llevamos a cabo una búsqueda tan ficticia como real, tan imposible como necesaria; donde representaremos la comunión del misterio y el temblor.



Paco Moral - Cuando la noche calló sobre Lisboa
El poemario se configura como el viaje nocturno por un territorio que identifica una Lisboa espectral y un interior herido por las ausencias. El tú conductor de ese viaje es un fugitivo de sí mismo, y de los otros, que trata de conciliar los deseos con el recuerdo, y que, asistiendo a ese cónclave de fantasmas invocado, dialoga con esa noche que le muestra un paisaje de sombras. El mismo que le sirve al viajero solitario para encontrar su imagen reflejada en el espejo de los otros, y para bucear en el tiempo y lo irremediable, la distancia y el dolor, el instante y el olvido; mas también en el anhelo, la esperanza y la vida: es decir, el amor.


 José Luis Nieto Aranda - Diario de improvisaciones
Valiéndose de la tercera persona, o mediante el uso de un yo poético, José Luis Nieto se cuestiona muchos de los aspectos de la existencia, transitando desde el anhelo auroral a un presente desencantado. La nostalgia y el escepticismo se funden en unas composiciones donde hay tanta distancia (ironía) como implicación (apasionado deseo). Lo que fue, lo que pudo ser, lo que es, lo que ya no será (o quizá sí), son los ejes que vertebran estas palabras poéticas. En suma, la obra es una arriesgada y lúcida indagación de la realidad.

Manuel Arduino Pavón - Residencia en la esfinge 
Estructurado como una serie de poemas en verso en contrapunto con textos en prosa, el libro constituye un viaje tanto exterior –ese recorrido por un territorio mítico que es el Egipto milenario– como por el interior de la conciencia de la voz poética, de ese yo que articula el discurso y lo sustenta. Residencia en la esfinge explora el simbolismo tradicional de una cultura ancestral en clave poética poniéndolo en conexión con la experiencia íntima en la morada del solitario, que no es otro que el propio poeta acuciado por las voces que le asedian y le conforman (en el interior de su propia Esfinge). Paisaje exterior: el del viajero por parajes exóticos; temblor interior: el desasosiego al transitar a la deriva el río de la vida. Y para descifrar ese encuentro, la escritura solar de la doctrina antigua que ilumina la penumbra de las noches de pedernal.


 
José Miguel Urbano Andrés - El sonambulista
En este primer poemario desfilan por sus versos todas las inquietudes del autor, centrándose en el ser humano y sus circunstancias vitales, con claras referencias al cine, la música y, sobre todo, los viajes (otra de sus pasiones), como elementos generadores de emociones y experiencias. Porque de un viaje habla este libro: hacia sí mismo ‒que es tanto como decir hacia los otros‒ tratando de desvelar los enigmas que la memoria atesora a lo largo del tiempo. Y todo ello caminando por un alambre tan imaginario como necesario, arriesgándose a la caída en tan ineludible búsqueda.

 
  Jorge Sánchez López - Errática textura 
Errática textura es una obra que indaga en la relación entre la vivencia del cuerpo y su identificación con la escritura. La red de moléculas y poros es la condición para escribir con la palabra poética la historia íntima de la piel, de sus relaciones con el mundo, con los demás, y con su misma condición de posibilidad real. El conflicto con lo externo se plantea en un tiempo acuciado por ese enfrentamiento entre la libertad y la naturaleza condicionante, entre el riesgo y la certeza, entre lo que se es y lo que se desea. Cruce de texturas, errantes en su devenir, entre la dermis y la página por escribir mientras se sucede la vida.

José Óscar López - Vigilia del asesino

Un personaje sin nombre deambula por un territorio espectral construido con sus alucinaciones y sus deseos, como en una huida sin fin. Esta figura de imprecisa silueta y anónimo rostro es quien articula el tejido de este libro de inquietante título, Vigilia del asesino. Al paso del fugitivo se ofrecen ciudades monstruosas (habitadas por hombres y mujeres que se le antojan sobrecogedores) que son las escalas que el protagonista hace en un camino que no se detiene nunca, y que le devuelven, como en un espejo, una imagen monstruosa y fantasmal, fragmentada y multiforme, de sí mismo. Letanía insomne, road movie en verso, largo poema épico y alucinado, el poemario constituye un rosario desbordado de imágenes que se suceden como en una borracha epifanía.   




Pablo Miravet Bergón - Vacancias

Pablo Miravet es un poeta de honda reflexión filosófica como así lo muestran los versos de este segundo poemario publicado, que quieren encontrar acomodo entre las grietas y los intersticios del paisaje mental plasmado en el texto. Vacancias repasa en esas oquedades azarosas los estados de ánimo de una voz que fluctúa entre el irracionalismo y el estilismo conceptista, y que explora cadencias y ritmos para apresar trances inusuales, aprovechando un tono -áspero unas veces, sutil y doliente otras- que, bajo el persistente silbido de la barbarie cotidiana, se ríe de los solemnes protocolos de un mundo en quiebra.                   




Rafael González Serrano - Fragmentos de la llama

Recorrido inverso el que lleva a cabo el autor de estos Fragmentos de la llama por la piel de un territorio que se inicia en un recuerdo inconcluso (esa memoria clausurada) para acabar en el asombro que produce la pulsión del descubrimiento, tras atravesar distancias y laderas, eclipses y cimas. Como todo viaje es episódico, parcial y fragmentario, y como en todo itinerario interesan más los diferentes territorios recorridos que el incierto desenlace de dicha travesía. Lo fragmentario es la sustancia de lo opuesto a un discurso que se pretenda totalizador, de ahí la apuesta por una mirada tan voluntaria como intermitente;  percepción que es sabedora de sus límites al transitar los pliegues del texto como a la búsqueda de sus oquedades secretas, ahí donde habita el tesoro de lo innombrable, la preciosa e inasible naturaleza de lo fugaz.



Luis de la Rosa - Espada de sentido

Articulado en tres partes, el libro Espada de sentido es una propuesta poética sobre el significado de la existencia, sobre las sorpresas y las heridas causadas en ella por esos encuentros inevitables que nos salen al paso. Desde los poemas gozosos que se interrogan sobre el propio sentido de la escritura, o desde la palabra que sabe rebelarse ante la falta de riesgo de lo convencional, se explorarán sucesivamente las cosas, los objetos y los actos, siempre cargados de un significado superior a su valor puramente descriptivo, para así arribar al sentido que puede llegar a ser una espada que nos hiera con su carga de conocimiento. Poemario lúcido que reflexiona, a la par, sobre el tiempo, la muerte y la trascendencia.



Pepe Jesús Sánchez - Paseantes hoy

Estructurado en dos partes, Paseantes hoy es un poemario fiel reflejo de su título. El paseante, que es la propia voz poética –aunque el lector también pueda identificarse con ella–, recorre las experiencias vividas así como la esencialidad de las cosas, y su palabra discurre por un texto que constituye la plasmación de esos aspectos de la existencia. En la primera parte, el paseante visita lugares, cuerpos, recuerdos, todo aquello que el tiempo le permite atesorar en una memoria que reconstruye lo visitado; en la segunda parte, ese cúmulo de observaciones se torna introspección, de tal suerte que el paseante, en un ejercicio reflexivo, se propone interpretar las cosa y las vivencias antes observadas, aproximándose así al conocimiento de la realidad.  



María Jesús Silva - Arquitectura de la piel


La piel se va delineando desde que nacemos, va adquiriendo tono, fuerza, cicatrices, roces. Se estira, se encoge, se tensa, se humedece, se seca, respira o se ahoga, a medida que se moldea. Esto ocurre en el tiempo en que vivimos, a veces es visible a los demás y otras sólo nosotros percibimos el cambio. Las emociones son las responsables de esta arquitectura final, ellas van cincelando la soledad que aparece, el silencio, el grito, el llanto, el sol, el viento, la sal, la hierba, el beso, el rencor, la ausencia… Todo lo que nos curte.





José María Nievas - El día en el que nadie estuvo allí


En su primer libro publicado, El día en el que nadie estuvo allí, realiza José María Nievas toda una exploración poética en el tema de la soledad, sus características y condiciones. Indaga el autor los plurales ángulos desde los que observar esta experiencia vital: tanto los necesarios para el autoconocimiento como los que implican aislamiento e incomunicación. Así aborda la soledad “buscada” y la “impuesta”, la “adquirida” y la “ajena”. Partiendo de una experiencia propia, el poeta no propone sin más una confesión personal, sino que, a través de la escritura poética, los textos alcancen una objetivación que los haga reconocibles –y también reveladores– para quien lleve a cabo la actividad lectora.   



José Manuel Vivas - Los labios quemados

En los textos de los poemas se encuentra una sensualidad tan viva como, en ocasiones, exaltada. Porque se trata de un canto a la pasión erótica buscando en cada verso la consecución del placer y la entrega, de tal manera que los amantes exploran con ahínco los rincones de sus cuerpos con en el ansia del conocimiento recíproco. Para conseguir ese objetivo, el poeta se vale tanto de las imágenes elocuentes como de un lenguaje rico e imaginativo. Y todo ello a pesar de que, bien sabe él, en ese recorrido al final aguarda “una meta sin otro destino que la fría y crepuscular despedida”.



Paul Valéry - El cementerio marino

El poema se ha considerado como la contraposición dialéctica entre el No-Ser y la vida, entre la Inmortalidad y el cambio, entre lo Eterno y el instante. Es cierto que se trata de un poema meditativo, reflexivo, pero no por ello deja de lado las cuestiones vitales. Es más, lo esencial es precisamente la afirmación de la existencia, del cuerpo vivo frente a la rigidez de lo absoluto, que es tanto como decir la muerte. Por ello, aunque, en un principio, el hombre quisiera fundirse con el No-Ser en el éxtasis, el cuerpo le impulsa a rebelarse. Cuerpo sin el que el alma no es nada. Aquí está presente el hombre con sus limitaciones y defectos, con su finitud, frente a la inmortalidad y eternidad divinas.



Edward Estlin Cummings - Puella mea

El amor es la fuerza impulsora del poema, que el poeta asocia con la naturaleza y sus estaciones, con la vida, con la plenitud existencial, mas también con el tiempo y la muerte. En esta obra hay marcados claramente un tú al que van dirigidos los emocionados versos y un yo que es la voz del poeta exultante de dicha ante la amada. El mundo no es sino una analogía de la pareja, sus cambios reflejan las uniones y separaciones de la misma. Hay en su poema una celebración del amor sensual al modo de experiencia religiosa, expresando con gran lirismo su fascinante caudal poético.




Rafael González Serrano - Siempre la feria

En una feria del libro –cualquiera podría valer–, un veterano escritor reflexiona, al hilo de su encierro en una caseta de “dimensiones casi palaciegas”, sobre la vida literaria; irónico discurso que sirve para poner en solfa muchos aspectos de ese mundillo. Mas no se trata simplemente de una crónica mordaz, una sátira paródica o un ensayo disfrazado de ficción, sino de la puesta en marcha de un proceso mediante el cual se iría gestando la narración, de tal forma que la escritura y el resultado se identificasen. Hay, por tanto, en el texto mucho de representación escénica, de referencias reales o fingidas, de alusiones que se citan y divergen, de disfraces manifiestos  o implícitos, generando un burlón juego de espejos que refleja lo que es o lo que parece ser. Todo ello favorece una lectura abierta y plural, libre de interpretaciones mecánicas o previsibles esquematismos.




 José María Piñeiro, Ars fragminis


Se trata de un “arte del fragmento” porque es éste, y no un discurso totalizador, el que a través del proceso de narración articula el texto. De esta forma, el autor escruta y reflexiona sobre los misterios de la cotidianeidad, la literatura y la escritura misma. Impresiones, sueños y lecturas constituyen la urdimbre textual; y, azuzados por el asombro y la inquietud intelectual, forjan la aventura poética ofrecida por la palabra en este libro. Porque “la naturaleza de lo real es una multiplicidad de términos que sólo a través de la palabra se deja, bellamente, conjurar”.